La Mujer en la Música: deficientes avances, inciertas perspectivas
- lauraprieto3
- 11 mar 2021
- 7 Min. de lectura
Seguramente, para muchas mujeres, la aprobación hace casi catorce años de la Ley Orgánica 74/7279 de 22 de marzo, para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, popularmente conocida como Ley de Igualdad, supuso una inyección de moral y esperanza para la consecución del cambio y del progreso. A fecha de hoy, los discursos en pro de la igualdad están ampliamente extendidos y se reconocen algunos avances muy loables al respecto pero, en ningún caso, se pueden considerar suficientes ni mucho menos normalizados.

Esta situación comparte casuísticas con todos los sectores pero tiene sus connotaciones particulares cuando hablamos de las mujeres en la música, un territorio todavía muy inexplorado y desconocido, pese a que las reivindicaciones han ido alcanzando algunos logros significativos en los últimos años.
Se acaban de dar a conocer los resultados del estudio Autoras en el audiovisual, la música y las artes escénicas: Un estudio sobre el desarrollo profesional desde una perspectiva de género, publicado por Fundación SGAE y elaborado por CIMEC y, aunque los datos cualitativos y cuantitativos provienen de 2017 y 2018 y están centrados en el universo de autoras y autores socios de SGAE residentes en España, hay algunas conclusiones que son extrapolables al conjunto del sector y que son hoy vigentes. Una cifra llamativa a este respecto es que, del colectivo autoral afiliado a SGAE, solo un 17% son mujeres. Si nos detenemos en el sector de la música, un 80% del colectivo autoral afiliado a SGAE pertenece a este sector y, de este porcentaje, sólo un 14% son mujeres.
Sin duda son cifras excesivamente bajas que no están en ningún caso relacionadas con el nivel formativo, porque éste, de hecho, es más alto en las mujeres que en los hombres. Buscando explicaciones para el fenómeno, el estudio ofrece algunas reflexiones: La pérdida de capital humano femenino en autoría parece depender de muy diversos aspectos, pero uno de ellos está relacionado sin duda con la respuesta del entorno más próximo al desempeño profesional de la mujer en este territorio de las artes. Querer dedicarse a la autoría encuentra más respuesta negativa cuando se trata de una mujer. Se la apoya menos, se la intenta disuadir en mayor medida y hasta se le indica con bastante más detalle que a un hombre a qué otra cosa debería dedicarse. Todo esto da lugar a una menor autoconfianza, que haya menos mujeres con vocación de ser autoras, que la vocación, cuando se acepta o descubre, aparezca más tardíamente que entre los hombres, que se produzca una dispersión de los esfuerzos, que no se concentran así en conseguir el desempeño profesional en autoría (se estudian varias cosas a la vez, se intenta conseguir otros trabajos… un “por si acaso” continuo). Hay que añadir, además, que la mujer parece haber interiorizado una menor confianza en sus posibilidades de éxito, que es bastante inferior a la que muestran los varones en el inicio de su carrera como autores.
Efectivamente, la falta de confianza en los propios valores tiene un peso muy significativo cuando alguien quiere arrancar su proyecto profesional pero es posiblemente la falta de apoyos lo que puede terminar decantando la balanza hacia el lado negativo de la ecuación. Y no me refiero a los apoyos personales o familiares sino, en concreto, a los apoyos institucionales y de la industria.
Algunas cifras del estudio lo dicen muy claro: En 2008, 2009 y 2010, solo hubo un 20% de compositoras programadas en el Centro para la Difusión de la Música Contemporánea (CDMC). En 2016, el Festival Sonorama Ribera solo tuvo en su cartel a un 6,8% de mujeres, y un 4,3% el Low Festival. Finalmente, en 2017, se calculó que solo un 15% de los artistas que subieran a los escenarios de los festivales de música popular en España serían mujeres.
Si acudimos a la brecha salarial de género -otra de las ecuaciones fundamentales- encontramos que en el trabajo por cuenta propia es de un 17,3%, mientras que en el trabajo por cuenta ajena es de un 21,5%. Hay que tener en cuenta que, según la Asociación Mujeres en la Música, un 39,6% son empleadas por cuenta ajena, un 21,7% son autónomas, un 31,1% son empleadas públicas y apenas un 2,8% son empresarias.
A todo ello se han ido sumando otros factores que han añadido nuevos problemas: el apoyo de las administraciones públicas a la música clásica, por ejemplo, ha descendido a raíz de la crisis económica iniciada en 2007, de tal manera que, en paralelo, ha descendido también el número de mujeres que han podido dedicarse en exclusiva a su profesión y que, por tanto, han tenido que buscar otros empleos o pluriemplearse en sectores como la enseñanza. Con todo, no es la disciplina peor parada porque es una de las pocas en las que encontramos más mujeres que hombres trabajando en exclusiva en su sector: un 77,9% frente al 53,1%, respectivamente.
La Asociación Mujeres en la Música en su artículo ¿Cuál es la representación de las mujeres en los festivales de Música Clásica españoles? analiza la presencia de las mujeres en los principales festivales de música clásica españoles durante 2019 y aquellos de 2020 que ha podido celebrarse. Las conclusiones no pueden ser más contundentes:
En la creación musical, de 1236 obras programadas tan solo 38 fueron compuestas por mujeres y muchas de ellas se limitaron a simples lieder de escasos minutos.
En la interpretación a solo con orquesta y recitales a solo o a dúo, fueron 57 mujeres frente a 122 hombres, un 32% de presencia femenina
En la interpretación en pequeñas agrupaciones de cámara: 140 mujeres frente a 271 hombres, un 34% de representación.
En dirección de orquesta, sólo un 6% de mujeres están al frente de las orquestas: 6 mujeres frente a 98 hombres.
En dirección artística de los festivales, un 31% de representación femenina.
Fuera de nuestras fronteras el panorama no es más alentador. Según la Unión Europea de Radiotelevisión (UER), en su informe Women in Music, el porcentaje de mujeres que ocupan los atriles en las principales orquestas europeas es de un 37%. En cuanto a la creación, apenas un 3,6% de las obras interpretadas en los conciertos han sido escritas por mujeres.

Por lo que se refiere a la música popular, el estudio Autoras en el audiovisual, la música y las artes escénicas: Un estudio sobre el desarrollo profesional desde una perspectiva de género nos deja cifras de nuevo concluyentes:
La tasa de empleo es del 74,2% para el hombre y 56,4% para la mujer, siendo esta última la más baja que se da en cualquier colectivo.
La tasa de paro alcanza el 20,9%, siendo la más alta de todas y muy superior a la que presentan los varones de la música popular (9,1%).
Hay un mayor pluriempleo con tareas ajenas al sector: 40,9% frente a 31% en los varones. Por este motivo, el porcentaje de mujeres que pueden dedicarse en exclusiva a trabajar en su sector es inferior al de los hombres: 35,5% frente a 40,2%.
La brecha salarial de género en el sector es de un 33,7%. Se trata de la brecha más grande, por encima de la que se da se da a nivel global (19,6%) y también de la encontrada en las artes escénicas y la música clásica (que son algo inferiores: 31% y 28%, respectivamente) y muy por encima de la que se da en el audiovisual (12,3%).
Las estadísticas que ofrece la UER en Women in Music reflejan también el panorama exterior en distintos géneros musicales y ámbitos de la industria musical
Música Pop: De la lista Billboard Hot 100 de Estados Unidos en 2019, un 23% eran artistas femeninas. Los datos se traducen en que la cifra se ha mantenido exactamente igual desde 2012.
De los mayores festivales de verano de Gran Bretaña, sólo un 17% de los participantes eran mujeres, lo que deja también la cifra estable en los últimos años. Si atendemos a las previsiones para 2020 (antes de las cancelaciones) la cifra se mantiene igual.
De las nominaciones a los Grammy en 2020 un 21% fueron para mujeres. Aquí se observa un incremento positivo, puesto que en 2013 sólo fue el 8%. El incremento se hace más acusado a partir de 2017. Ahora bien, donde mejores porcentajes se alcanzan es en la categoría de 'Mejor Artista Revelación', mientras hay otras categorías donde las cifras son enormemente bajas: un 2% en productor del año o un 8% en álbum del año.
Música electrónica: Se ha subido del 11% de 2013 al 25% en 2019 en cuanto a la presencia femenina en los festivales de electrónica. La tendencia entre 2017-2019 revela que los festivales públicos y aquellos dirigidos por mujeres tienen una mayor proporción de actos o actividades donde participan las mujeres.
Jazz: un 30% de los álbumes de jazz publicados en Estados Unidos en 2019 estuvieron liderados por mujeres, lo que refleja un claro ascenso desde el 12% de 2010. El ratio llega al 50% considerando los 10 mejores álbumes pero baja al 17% si se toman en consideración los 500 mejores álbumes. Además, si se observan las agrupaciones de intérpretes que forman parte de esta última lista, las mujeres son sólo el 16%

Por lo que afecta al trabajo en la industria, que representa alrededor de 30 millones de empleos en el mundo, el porcentaje global de mujeres es del 30% aunque las cifras varían mucho en función de la tipología profesional: en Gran Bretaña, tan sólo un 5% de mujeres son ingenieras de sonido, mientras en Estados Unidos y Canadá hay un 6% de mujeres productoras. En general, la brecha salarial se sitúa en el 20 % aunque el informe señala el caso de Gran Bretaña, donde las mujeres que trabajan en las majors cobran un 27% menos que los hombres y sufren una brecha del 23% en el pago de bonus. Junto a ello, se añade que el 51% de las mujeres ocupan los puestos menos remunerados y sólo un tercio de los mejor remunerados.
Finalmente, respecto a los hábitos de consumo en plataformas como Spotify, donde un 44% de sus oyentes son mujeres, sólo el 23% de las escuchas en streaming fueron de artistas femeninas o de agrupaciones mixtas. El ratio varía según el género del oyente: el 32% si el oyente era mujer y el 18% si era hombre, según las cifras correspondientes a febrero de 2021.
Este es un rápido repaso a cifras generales de la mujer en la música. Aun no siendo intensivas, reflejan en su conjunto la realidad femenina en la creación e interpretación musicales y en su papel en la industria musical. Y, añadiendo un elemento final, cuando se ha revelado que la música ha sido la primera en caer al llegar la pandemia y se dice que será la última en salir de ella, y cuando se está cifrando en más de 1.200 millones de euros las pérdidas en la música en vivo por la Covid-19 en España y ya ha habido una pérdida de 10.000 millones de dólares en el mundo durante 2020, ¿pueden suponer cuáles serán los efectos añadidos para las mujeres, teniendo en cuenta su vulnerabilidad de facto?. Hagan cuentas…
Comments